La Intuición Creadora
La Intuición creadora:
La intuición creadora es una capacidad perceptiva de todos los sentidos y órganos del cuerpo humano para abstraer o captar la esencia energética pura de las cosas, sustantivos y conceptos creadores. Sin, o con muy poca, intervención del intelecto, o razonamiento mental; éste se puede usar sí, como base de una obra más no en el desarrollo de la misma. Pondré varios ejemplos importantes. El arte es como nadar; mientras lo hago fluyo con las sensaciones, la suavidad, la temperatura del agua, la similitud del movimiento del cuerpo con las ondas de agua, la captación de olores, colores, sonidos y paisajes que me rodean, apagando la mente o usándola en su nivel más bajo, como máquina de contar piscinas, metros, recorridos, etc. Mas no como generador de ideas, planteamientos o resolución de problemas que no forman parte de la experiencia de nadar en si. De manera tal que el acto de nadar es una meditación activa. Este tipo de meditación genera muchas endorfinas y también otras sustancias químicas como oxitocina, dopamina, y otros; no es el caso aquí entrar en estas descripciones científicas que forman parte de estudios que pueden ser investigados aparte. La intuición creadora está mucho más allá de la razón mental y es intuitiva, intuye, absorbe, abstrae, genera realidades multidimensionales más allá del espacio y el tiempo. Otro ejemplo el es el senderismo de montaña; puedo practicarlo siempre y cuando sea capaz de ir a la montaña a cansarme, chupar y oler una naranja, escuchar el sonido de un gavilán en vuelo, tragar el paisaje sentado en la piedra del indio comiendo un exquisito sándwich o bañándome en una cascada o un pozo pero, para que el senderismo sea una “experiencia” espiritual creadora de vida, o despertar vivencial debo esforzarme físicamente apagando la mente; no llevando mis responsabilidades y preocupaciones a la montaña. Éstas y otras “experiencias” son importantes como preparación para el Arteterapéuta.
La intuición creadora, palabras que tomé , que me inspiró el filósofo Henri Bergson. Es la forma como el artista deja fluir la energía del cosmos a través de su cuerpo, formando parte de la creación, de manera intuitiva, gestual y espontánea. Pongamos un ejemplo ilustrativo: corro por la orilla del mar durante media hora, con los audífonos o sin ellos, y vivo esa “experiencia” como dijimos antes; llego a un bonito paraje, me doy un baño de agua salada, tomo un delicioso jugo de limón y panela frío y de pronto decido que esa “experiencia” que estoy sintiendo debo expresarla en, una creación, y hago un círculo en la arena; ésta sería la intervención básica del intelecto, luego voy añadiendo elementos que consigo en las adyacencias, tales como piedras, palos, ramas, semillas, frutas, etc. Sin pensar o razonar en un significado, sencillamente me dejo llevar por la intuición creadora a la expectativa del clímax creativo. Es así como el artista crea, descubre, nuevas realidades; como crea sus tótems, sus altares. Estaríamos hablando de: creación pura.
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